La intervención Dinamista.

Un espacio

lunes, 26 de abril de 2010

Capicúa.



Un quart de onze, la penumbra se encuentra a fuera de la ventana, frío, muy frío. un cuarto encendido es lo único que guia mi mirada detrás del caballete, son las diez y cuarto. El día apenas comienza.


Vueltas y vueltas por el departamento, es lo que se escucha en el árbol de enfrente, las danzas no faltan, de aquí por allá, buscando, queriendo encontrar los hilos que los llevaran a la diapositiva # 26:10 Ab.


Su dedo provoca un click seguido con una chispa momentánea, no es más que la forma de sincronía con las luces parpadeantes del final de la perspectiva, ese punto de fuga que se escapa y no regresa, llevándonos a lienzos blancos recién lijados.

El vapor del agua hirviendo tiene un sonido bastante peculiar, suave y recurrente, se sabe que ahí esta, te llama, grita. El café esta listo, la lectura es interrumpida por un perfume diagonal, desviando los ojos, por unos instantes, por unos segundos. El café a pesar de sus mitos, es degustado por su sabor, sus efectos son nulos, solo la lengua baila sintiendo el contratiempo, el movimiento se forma, combinado con una lectura, "ismos", es una buena lectura, evoca un buen momento.

Ayer fue mil novecientos 88, aun no nacía, yo nací un 3 del 3 del año siguiente, una época contemporánea, ¿ a caso ? Soy Contemporáneo. Cuatro décadas y un mes después, sont les dix heures et quart. La noche apenas comienza.


Yo, comencé escribiendo, si hace años lo hago, en estos días tengo una maquina de escribir, la sincronía del dedo y el papel es palpable, es mi piano rojo de metal.

Ahora estoy aquí, sostenido por los cables tensos que viajan por puntos paralelos vibrando de manera simultanea, dando lugar a la creación magnifica y espontánea, automatista el individuo, por que la naturalidad lo ha tomado, el esta liberado de toda figura intangible, por momentos de nostalgia y alegría esta libertad;

se toca,
se baila
se grita
se ejecuta
se escribe
se susurra
o decidirá pintarla.



Estos momentos, son su vida.

martes, 16 de febrero de 2010

Notas

Y me pregunto para qué estamos aqui. El amor, el arte y otras cuantas cosas pueden darnos respuestas, pero ¿Cuáles son las respuestas? Necesitamos toda la vida para aprenderla o para hacer verdad una mentira, pero toda una vida debe ser cada instante, sin flaquear.

Abro los ojos, la luz que entra por la ventana se dibuja en la pared . Eso es todo en la noche; un dibujo sobre la pared y los ruidos que nunca oimos.

Notas

Hoy no he decido empezar a pintar todavía, ahí están las telas un poco usadas, los pinceles lavados, las pinturas por doquier y los lapices. Pero no proyecto en el cuadro, pincel en mano", continuo con cierto titubeo. " Pienso, medito, escribo notas, investigo, hago croquis a lápiz o a carbón, dibujitos se les parece mejor a lo largo del día". Un papelito que encuentro por casualidad en algún bolsillo me es suficiente para retener una idea repentina.

Pero estoy seguro de que, en un momento a otro, una forma como esta pueda concretar en mi, una imagen. Yo colecciono estos papelitos también los hay en boletos y separadores. Pero no los uso para utilizarlos en mis cuadros.

Por supuesto que esa no es mi forma de pintar un cuadro, solo me recuerdan sensaciones que he recibido de cosas muy diferentes. En el momento de pintar me olvido de ellas, pierden su significado. si las conmociones sufridas tienen o no el poder de crear sensaciones de naturaleza pictórica , eso tiene que ser decidido frente a la tela.

domingo, 14 de febrero de 2010

http://flavors.me/josuealvarez

Un intento con la tecnología.

sábado, 13 de febrero de 2010

El proceso

Un día me di cuenta que el ayer no es el ayer, el hoy es el hoy y el mañana lo encontrare.
Y después solo me detuve…

Ayer tuve 15, hoy tengo 20, mañana no lo se
Ayer solo observaba, hoy lo he dimensionado, mañana no lo se
Ayer dibujaba, hoy lo he pintado, mañana no lo se
Ayer dormí, hoy no he dormido, mañana no lo se
Ayer no comí, hoy he continuado sin comer, mañana no lo se
Ayer lo pensé, hoy me atreví, mañana no lo se
Ayer me divertí, hoy me he divertido y mañana seguro me divertiré.
Ayer sentí, hoy lo exprese, mañana no lo se
Ayer leí, hoy leo y escribo, mañana no lo se.
Ayer escuche, hoy hablo, mañana no lo se.
Ayer la vi, hoy lo he fotografiado, mañana no lo se
Ayer oí música, hoy he imaginado música, mañana no lo se
Ayer camine solo, hoy camine solo, mañana no lo se
Ayer vi a la luna, hoy también la vi y mañana seguro la veré

La oportunidad, el momento, el espacio, la creatividad, lo tomé

Uno olvida el orden de las cosas, ayer, hoy, mañana, hoy, mañana, ayer, mañana, hoy, ayer
Uno debe descubrirlas, conocer, adentrarse.

Ayer descubrí la inmensidad del yo, aun a medio explorar

Hoy he descubierto que no debo entender para disfrutar sino disfrutar para entender.

Y que descubriré mañana…


Ya tiene tiempo que lo he escrito pero me lo encontre por ahi.

jueves, 11 de febrero de 2010

Once

Punto. Fue el final, solo los finales pueden ser los prólogos de un nueva historia lo dijo en algún momento Armando Chacón.

-Solo corrían desesperadamente sin saber de lo que se alejaban-

Corría el viento, se avecinaba un norte, ya el onceavo mago ha recogido su equipaje, estaba por llegar la doceava águila, notas crudas retumbaban por la oscuridad de la casa y una voz rasposa llena de angustia escalaba las paredes del taller.

Un blues recorrido por la vida de ayer, era el resultado de los individuales sonidos que rozaban la atmosfera de la casa. Esa si que era una estabilidad compleja.

Otra vez son las ocho y uno, la tristeza contrasta con aquella llama encendida que evoca un incienso, nada pasa, solo estoy estando a estar. Inesperadamente una nota, tan solo una emite un brillo incandescente que se proyecta en la pared, era un brillo disonante, se liberaba divulgando puntos esparcidos por todo el taller llegando a disolverse en la oscuridad del conjunto de las notas.

Todo era cíclico, el brillo llegaba y como llegaba se iba, dándole pie a ritmos interesantes que bajaban como una pintura espesa y viscosa de los límites de la casa. Esa si que era una estabilidad compleja.

Un tinte frío se había apoderado del taller, uno de los tres focos se había fundido, lo que hacia la necesidad de tan solo tener uno prendido, las arenas pigmentadas se dejaban iluminar.

Comenzaba todo a brotar, la naturalidad embonaba sigilosa a la atmosfera, se volvía más humano, la individualidad de las notas se incrementaba, el lenguaje era bello, la verdad delatora se sentenciaba.

El respirador tenuemente iluminado estaba ocupado, las cosas se desordenaban como un caos aparente.

-En realidad están ingresando a otro orden, no comprensible desde esta
tridimensionalidad-

Desentendiendo ese desorden, encuentro nuevos espacios, las notas han vuelto a ser una alejándome de este plano, que no me deja comprender. Solo lo toco como aquella primera vez que lo hice, el sentimiento vuelve a ser el mismo y solo el final puede ser el prólogo de una nueva historia.


Diapositiva #02: 10. 8.22

domingo, 7 de febrero de 2010

Pasta del medio día, sorbo de dinamismo, literatura para la vanguardia

Notas


Creo advertir un incomprensión general, pero en vez de alejar esas figuras incuestionables, las retengo sin titubeos. Las imagenes no se detallan y actuan bajo un velo caprichoso, acentuando colores en contraste y provocando sonidos que servilmente acompañan a la fascinación mientras los rostros gesticuladores aterran.

viernes, 5 de febrero de 2010

Manchando manos, un día más de creación.

Un taller lejos de Toledo.
I

Jòsue Álvarez

“Una, dos, tres, cuatro”, él las contó, cuatro paredes, solo se preguntaba dónde iniciaba y terminaba aquella habitación. La que un día fue su recamara pero el ya no estaba seguro si lo seguía siendo. Tal solo con ver que su cama era ya un pequeño sofá para acostarse en algo acolchonado, a el no le importaba, siempre decía: “Si en un taller hay mas de cinco rincones para dormir que más da”.

El restirador, caballete y pinturas ocupaban la mayor parte de su antigua habitación; las telas sucias, los pinceles lavados con olor a aguarrás y algunos cuadros terminados y otros pendientes lo terminaban de transformar en algo que, él quería descubrir.

Una, dos, tres, cuatro, eran las paredes, esas paredes que habían dejado de ser blancas y puras. Una de ellas invadida de bocetos a lápiz o a carboncillo, algunos recortes de sus primeros estudios y uno que otro incipiente cuadro que muestran a un pintor joven, curioso y titubeante. En otra pared había un cuadro terminado, que a diferencia de los que se encontraban en el suelo, este era más grande que contrastaban con pequeños pero numerosos recuerdos de cosas que valía la pena observar con mas frecuencia, eran: papeles, invitaciones, boletos, fotos, litografías o cualquier cosa que evocara lo acontecido. Pero ni los recuerdos y aquellos bocetos eran tan importantes como lo que se encontraba en otra pared, en ella había otros cuadros y varios recortes, pero estos estaban de más, lo importante eran bolsas de plástico cortadas embonadas en la pared, el había escrito ahí su manifiesto, él miró su obra y solo pronuncio

-Dinamismo-.

Uno, dos, tres cuatro y cinco. El ya lo tenía, no estaba contando su techo, que de vez en cuando se convertía en otra pared. Como le divertía la percepción de las personas que visitaban su taller. “Mi taller, eso es” gritó, Su recamara se ha convertido en un taller y como no pensarlo, con esa divertida percepción que expresaban los visitantes al describir la ultima pared, siempre alejados de lo que era, había que ponerle empeño, un Arte del empeño.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Datos personales

Mi foto
Coyoacan, ciudad de México, D.f, Mexico
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